Monday, May 4, 2015

capitulo 2

Pasaron los minutos, lenta y dolorosamente, y seguía dando tumbos en la cegadora tormenta y la noche se acercaba; un pensamiento se apoderó de su mente horrorizada. ¡Moriría en esa helada y agreste soledad!
Sentía dolor en las piernas mientras luchaba para mantenerse en pie en la gruesa alfombra de nieve; ya no sentìa los dedos de sus pies, sólo la dura nieve que golpeaba sus mejillas. No estaba ganando esta batalla y aun cuando normalmente no era una derrotista, sabía que no podría seguir luchando contra los fieros elementos. Moriría allí, sola y perdida en la nieve y nadie se enteraría como habìa ocurrido. Durante un instante de histeria, se preguntó si a alguien le importaría. Luego se recriminó a sí misma. A Benjamin le importaría, se casarían en unas cuantas semanas. Entonces, ¿por qué no la había encontrado? se preguntó maldiciéndolo. Era injusta, pero toda la situación era injusta. Las lagrimas se secaron en sus mejillas antes de rodar por ellas y se limpió el rostro con impaciencia. Era demasiado joven para morir, a los veintiocho años, en especial cuando todavía tenía mucho por qué vivir. Si no fuera inútil en ese aullante viento, gritaría...¿Gritar?... ¿Por qué no? Era casi imposible que la pudiese ver en la tormenta, pero existìa la posibilidad, sólo la posibilidad, de que la oyera si gritaba.
Lali sabia que era inútil, aun en el momento en que abrió la boca para emitir el grito pidiendo ayuda. Parecía que las palabras regresaban para golpearla, mientras el fuerte viento soplaba a su alrededor. Era inútil; era tonto de su parte tratar de convencerse de lo contrario. Nadie la encontraría con ese tiempo, podría estar a varios kilómetros de distancia del sitio en el que ella y Benjamin se bajaron del camión para contemplar el paisaje nevado de las montañas; o podía estar a sólo unos cuantos metros y, a pesar de ello, no verlo.
De cualquier modo, estaba demasiado cansada para que le importara. Nunca se había sentido un cansada e inútil, sólo quería recostarse y dormir hasta que todo acabase. La helada y blanca nieve le pareció de pronto como el sitio ideal para descansar, lleno de nubes flotantes, cálidas e incitantes,
como los brazos de un amante.
Y quizá se habría dejado caer en sus brazos, a dormir para siempre, si no hubiese encontrado la cabaña.
E1 decir que encontró la cabaña, no era estrictamente exacto: la cabaña la encontró a ella. En realidad se topó con ella. La visibilidad era casi nula, todo el cuerpo le dolía y cuando chocó de frente contra un objeto sólido, pensó que se trataba de uno de los altos pinos que hasta ese momento había logrado eludir. El golpe que se dio en la frente hizo que sonaran campanas en su mente y cayó de rodillas, sintiendo un fuerte dolor y gran desesperación, segura dé que no podría volverse a poner en pie. Luego se percató de que el objeto que tanto la lastimó, era demasiado grande para ser un solo  árbol; además, la posición del tronco era horizontal y no vertical. Casi se convenció de que alucinaba, pero, trastabillando, su mano encontró un picaporte y de hecho cayó en el interior de la cabaña.

capitulo 1

LOS pesados copos de nieve caían con gélida insistencia contra sus heladas mejillas y ella caminaba dando traspiés a través de la cegadora tormenta; el elegante anorak negro que llevaba no era suficiente para protegerla de la fuerte nevada. Por carta, Benjamin la había advertido de que el invierno en Montana podía ser extremadamente crudo, pero sólo pensó en los helados inviernos de Londres que había conocido toda su vida y nunca se imaginó que, al referirse Benjamin a un invierno crudo, hacía mención a un frío tan intenso que la nieve se convertía en agudas agujas de hielo aun antes de caer al suelo. En consecuencia, su anorak y el ajustado pantalón metido en las botas de tacón alto, eran una escasa protección contra la fuerte ventisca en la que de pronto se. encontró.
Y en verdad se trataba de una ventisca. Nunca antes se había enfrentado a una, pero, por instinto, sabía que se encontraba en medio de una. La nieve se había acumulado más de treinta centímetros en algunas partes y seguía cayendo, incesante y furiosa, contra su rostro y su cuerpo, sin muestra de detenerse; la temperatura bajo cero dificultaba su respiración, mientras luchaba para seguir avanzando.
Ni siquiera estaba segura de cómo se había encaminado en esa dirección y cuando se percató de que ya no podía ver el camión azul de doble tracción, estuvo segura de que Benjamin la encontraría en unos cuantos minutos. Pero ya habían pasado bastantes minutos; tenía la impresión de estar caminando desde hacía horas ¡y ni siquiera estaba segura de estar yendo en la dirección correcta! ¡Hasta podía estar andando en círculos!
Trató de controlarse, ante la idea de que estaba perdida. Benjamin la encontraría en cualquier momento. ¡Tenía que hacerlo!
No podía dejar de pensar en la vida tan distinta que había llevado aquí en las últimas dos semanas, a la que llevó en Londres desde y durante su matrimonio con Gavin, Shelby O'Neal, una de las más elegantes y exitosas anfitrionas de Londres viviendo en un rancho de Montana, e incluso pensando seriamente en contraer nupcias con uno de los dueños del Doble K. Estaba segura de amar a uno de ellos, ¡pero al otro!, . . Peter Lanzani, el primo mayor de Benjamin, era. alguien en quien prefería no pensar.

amante apasionados

Todo había salido mal desde que Lali llegó al rancho Doble K en Montana. El cortejo insistente de Benjamin, su propuesta matrimonial, los apresurados planes de boda... todo se vino abajo cuando Lali reveló los terminos de su herencia.
Y ahora el arrogante Peter Lanzani intensificaba su campaña contra Lali. Suponía que sólo por ambición trataba de conquistarlo ya que su joven primo la había abandonado.
Una vez que él conociera la verdad, seguramente se percataría de que nunca Lali había sido motivada por el dinero, que actuaba de acuerdo con los dictados de su corazón.